La madrugada del 8 de octubre de 2007, agentes de la Policía Judicial ingresaron al departamento de José Luis Calva Zepeda, ubicado en la calle de Mosqueta número 198 en la Colonia Guerrero; en el lugar, la escena era repugnante, ya que en el clóset de su recámara se encontraba el cuerpo mutilado de Alejandra Galeana, quien fuera su novia y llevaba tres días desaparecida; las piernas y un brazo dentro del refrigerador y el otro en la cocina, con el cual, el asesino se preparó un extraño caldo y en el sartén había trozos de carne frita, que al parecer, este sujeto vehemente, degustó. Por ello, en la historia criminal de México se le recuerda como “El Caníbal de la Guerrero”. Calva Zepeda tenía un método muy cruel para llevar a cabo sus crímenes; primero enamoraba a sus víctimas de la forma más romántica: les regalaba ramos de flores, chocolates y les escribía poemas con dedicatoria especial. El sanguinario sujeto, ante todo, se presentaba como escritor, dramaturgo, periodista, poet...